Netflix está sirviendo como fuente de inspiración. De las series ya copian vestuario hasta los grandes como ZARA. Pero de las series también nos inspiran sus contenidos, sus guiones. A mí me ha inspirado «Manhunt: Unabomber», una magnifica serie que quizá hayas visto. Una ficción que narra la historia de uno de los asesinos en serie más famosos de Estados Unidos: Ted Kacynski, más conocido como Unabomber, quien tuvo en jaque al FBI durante décadas.
No pretendo destripar la trama, únicamente me sirvo de la historia para demostrar, con hechos, la importancia del lenguaje y por qué no lo podemos considerar como actor secundario en nuestras acciones y estrategias de comunicación en la empresa.
Para ello, es necesario introducir el término IDIOLECTO o cómo crear una personalidad a través de nuestros mensajes. Según la RAE, el idiolecto es el «conjunto de rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo». En dicho término se basó el lingüista forense del FBI que, contra todo pronóstico, fue capaz de descubrir la identidad del terrorista, un hecho sin precedentes en la historia, y que demostró que la huella lingüística es tan válida como la huella dactilar.
Si trasladamos el término al entorno empresarial podemos darnos cuenta de la magnitud que adquiere la manera que la empresa se expresa a través de sus diferentes canales, para ser reconocida. Y, al utilizar el símil con la serie, queda claro que la elección del vocabulario, la ortografía, la sintaxis, la voz, el tono y el estilo aportan la misma información que la imagen y los códigos visuales por los que tu público te identifica.
En la detención del criminal el FBI contaba con multitud de pruebas forenses, pero ninguna fue capaz de incriminar al delincuente, solo se logró mediante la lingüística comparada, una rama de la lingüística forense que se encarga de estudiar los diversos puntos de encuentro entre el lenguaje, escrito u oral, y la ley.
Este hecho no solo pone en valor el poder del lenguaje, también demuestra el poder de lo intangible.
Habitualmente tendemos a valorar lo tangible por encima de lo intangible, pero tal como demuestra el filme, aquello en lo que muy pocos se fijan es lo que te puede servir para marcar la diferencia.
En definitiva, el contenido que usamos de forma habitual en nuestro diálogo diario y nuestras comunicaciones con nuestros stakeholders deben de ser únicos. Cada empresa, como cada ser humano, tiene que que ser capaz de trasladar sus mensajes con un lenguaje propio, por lo que las marcas deben fijar objetivos en descubrir y potenciar su manera de expresarse, deben crear su idiolecto, es decir, su conjunto de rasgos propios que conforman su personalidad.
Por tanto, para que la personalidad e imagen de una marca sean consistentes, el asesoramiento lingüístico es clave, porque impacta directamente en el crecimiento cualitativo de un negocio, y hoy por hoy, donde el cliente no necesita solo un producto, sino que busca mejorar su vida resolviendo sus problemas, el idiolecto se convierte en una ventaja competitiva.
Porque tener una marca sólida y auténtica se ha convertido en un aspecto crucial para las empresas, tu principal objetivo debe de ser diferenciarte de la competencia y posicionarte en el imaginario de tus clientes, para ello, te recomiendo que utilices y elijas cuidadosamente tu lenguaje para estar en sintonía con los valores y experiencias que quieras transmitir con tu marca.
Además de identificarnos, la utilización de un lenguaje claro, sencillo, directo y responsable es clave para que nuestro cliente entienda lo que le queremos decir.
No puedo terminar sin recalcar el papel de servicio de los medios de comunicación en la investigación real del caso Unabomber, quienes, una vez más, sirvieron de apoyo como herramienta clave en la estrategia policial.
Rosana Alcayde.
Brandpress. Periodista. Comunicación estratégica & PR.
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